En las primeras distribuciones los paquetes los distribuían en un "tar" y comprimidos. Este sistema no permite tener un control de dependencias, ni gestión sencilla de paquetes instalados, actualizado y su desinstalación. Por lo cual es un sistema demasiado problemático o redundante cuando el sistema tiene gran cantidad de aplicaciones instaladas.
Algunas distribuciones las aplicaciones las distribuyen en paquetes que contienen el código fuente, que al instalarse debe antes compilarse la aplicación, como por ejemplo en Gentoo. La principal ventaja de esta forma de distribuir el software es que la compilación se realiza lo más óptima posible al hardware de la máquina.
Existen también formatos de distribución para linux en sistemas embebidos y PDAs, como es ipk. Este es un derivado simplificado del formato de Debian.
Cuando tenemos una aplicación en un tipo de paquete y estamos interesados en llevarlo a una distribución que utiliza otro sistema, podemos todavía instalarla mediante una conversión con la aplicación alien.
Seguro que alguna vez, y si la aplicación es de código libre, no
nos quedará más remedio que coger el código fuente, ya sea
bajándonoslo en tar.gz
, zip
o del
repositorio de cvs o svn.