Principalmente, porque con pocos conocimientos de realización de libros, nos ofrece un acabado profesional a nuestros trabajos.
En efecto, mientras que los procesadores de texto WYSIWYG exigen al usuario que elija el aspecto del documento que está realizando, LATEX lo hace él solo, utilizando formatos prefijados.
Esto evita que el usuario cargue demasiado al documento de elementos supérfluos, al tiempo que permite al autor concentrarse exclusivamente en el contenido de su trabajo, sin preocuparse por el aspecto final.
Los procesadores WYSIWYG incluyen también plantillas para los distintos tipos de documento, pero su filosofía de trabajo siempre dejan al autor la tentación de modificar el aspecto final para hacerlo atractivo, cuando muchas veces lo único que está haciendo es sobrecargándolo de adornos.
Es evidente que la flexibilidad de LATEX también permite hacer estas cosas, pero en general es bastante más rígido a la hora de aplicar un determinado formato de documento.
La utilización de plantillas estándar para la realización de documentos típicos permiten ganar mucho tiempo y no preocuparse por el aspecto impreso hasta el final. Esto permite que el autor se preocupe exclusivamente del contenido de su trabajo y por lo tanto rinda más.
También es cierto que las versiones más recientes de los procesadores de texto WYSIWYG incluyen plantillas de documentos evolucionadas que ayudan al usuario a lograr un acabado tan profesional como el que ofrece LATEX. Sin embargo, seguimos defendiendo este último por un motivo fundamental: es software libre, y además es uno de los más claros ejemplos de software libre de calidad.
Este tutorial tiene, entre otros objetivos, el de proporcionar plantillas básicas al lector. De este modo, con unas pocas nociones más podrá comenzar a escribir artículos y darles un aspecto profesional en pocos segundos.