En la figura 2 vemos un esquema de una central térmica (simplificada, por supuesto). Se aproxima más a nuestra idea de sistema de control pues ahora éste es un ordenador que recibe diversas variables y actúa en consecuencia.
Podemos observar cómo el regulador obtiene diversos datos (medida del oxígeno en el interior de la caldera, de la temperatura y la presión del vapor, e incluso de la propia electricidad que se genera) y a partir de éstos y de los parámetros ajustados por el operador actúa sobre las válvulas del combustible, agua y aire, así como sobre la velocidad de la propia turbina, consiguiendo así una producción constante y estable de energía eléctrica.