Las librerías contienen código que a menudo es usado por más de un programa. Esto tiene la ventaja de que cada programa no necesita duplicar el código (y el riesgo de introducir errores), sino que le basta con llamar a las funciones de las librerías instaladas en el sistema. El ejemplo más obvio de este grupo de librerías es glibc, que se instala en el libro LFS. Esta contiene todas las funciones de la librería C que utilizan los programas.
Hay dos tipos de librerías: estáticas y compartidas. Las librerías compartidas (normalmente libXXX.so) son cargadas en memoria en tiempo de ejecución a partir de una copia compartida (de aquí el nombre). Las librerías estáticas (libXXX.a) en realidad se enlazan dentro del propio ejecutable, lo que hace que el fichero del programa sea más grande. Con frecuencia encontrarás en tu sistema las copias estática y compartida de la misma librería.
Generalmente sólo necesitas instalar librerías cuando instalas software que necesita la funcionalidad que proporcionan. En el libro BLFS cada paquete se lista con sus dependencias (conocidas). Así puedes hacerte una idea de qué librerías necesitas antes de instalar ese programa. Si instalas algo sin usar las instrucciones del BLFS, los ficheros README o INSTALL contendrán normalmente detalles de los requisitos del programa.
Hay ciertas librerías que casi con seguridad todos necesitaremos en algún momento. En este capítulo mencionamos estas y algunas otras, y explicamos por qué puedes querer instalarlas.