Incluso si dispones de una conexión directa T-3 a Internet que te permite bajar una distribución de Slackware directamente de la red, será más inteligente empezar creando los dos discos de instalación de Slackware, (inicio y raíz) antes de continuar. En caso de un desafortunado accidente (corte de corriente, el gato que pisa el teclado, o incluso un error humano), estos dos pequeños discos serán capaces de resucitar tu sistema o al menos rescatar tus ficheros personales.