No hace falta ser un genio para comprender que las temperaturas extremas, ya
sea un calor excesivo o un frio intenso, perjudican gravemente a todos los
equipos. Es recomendable que los equipos operen entre 10 y 32 grados Celsius
([GS96]), aunque pequeñas variaciones en este rango tampoco han de
influir en la mayoría de sistemas.
Para controlar la temperatura ambiente en el entorno de operaciones nada
mejor que un acondicionador de aire, aparato que también influirá
positivamente en el rendimiento de los usuarios (las personas también tenemos
rangos de temperaturas dentro de los cuales trabajamos más cómodamente).
Otra condición básica para el correcto funcionamiento de cualquier equipo
que éste se encuentre correctamente ventilado, sin elementos que obstruyan los
ventiladores de la CPU. La organización física del computador también
es decisiva para evitar sobrecalentamientos: si los discos duros, elementos
que pueden alcanzar temperaturas considerables, se encuentran excesivamente
cerca de la memoria RAM, es muy probable que los módulos acaben
quemándose.
© 2002 Antonio Villalón Huerta