Las tormentas con aparato eléctrico, especialmente frecuentes en verano
(cuando mucho personal se encuentra de vacaciones, lo que las hace más
peligrosas) generan subidas súbitas de tensión infinitamente superiores a
las que pueda generar un problema en la red eléctrica, como veremos a
continuación. Si cae un rayo sobre la estructura metálica del edificio donde
están situados nuestros equipos es casi seguro que podemos ir pensando en
comprar otros nuevos; sin llegar a ser tan dramáticos, la caída de un
rayo en un lugar cercano puede inducir un campo magnético lo suficientemente
intenso como para destruir hardware incluso protegido contra voltajes
elevados.
Sin embargo, las tormentas poseen un lado positivo: son predecibles con más
o menos exactitud, lo que permite a un administrador parar sus máquinas y
desconectarlas de la línea eléctrica3.3. Entonces, >cuál es el problema? Aparte de las propias tormentas,
el problema son los responsables de los equipos: la caída de un rayo es
algo poco probable - pero no imposible - en una gran ciudad donde existen
artilugios destinados justamente a atraer rayos de una forma controlada; tanto
es así que mucha gente ni siquiera ha visto caer cerca un rayo, por lo que
directamente tiende a asumir que eso no le va a suceder nunca, y menos a sus
equipos. Por tanto, muy pocos administradores se molestan en parar máquinas
y desconectarlas ante una tormenta; si el fenómeno sucede durante las horas
de trabajo y la tormenta es fuerte, quizás sí que lo hace, pero si
sucede un sábado por la noche nadie va a ir a la sala de operaciones a
proteger a los equipos, y nadie antes se habrá tomado la molestia de
protegerlos por una simple previsión meteorológica. Si a esto añadimos lo
que antes hemos comentado, que las tormentas se producen con más frecuencia
en pleno verano, cuando casi toda la plantilla está de vacaciones y sólo
hay un par de personas de guardia, tenemos el caldo de cultivo ideal para que
una amenaza que a priori no es muy grave se convierta en el final de
algunos de nuestros equipos. Conclusión: todos hemos de tomar más en serio
a la Naturaleza cuando nos avisa con un par de truenos...
Otra medida de protección contra las tormentas eléctricas hace referencia
a la ubicación de los medios magnéticos, especialmente las copias de
seguridad; aunque hablaremos con más detalle de la protección de los backups en el punto 2.3.2, de momento podemos adelantar que se han
de almacenar lo más alejados posible de la estructura metálica de los
edificios. Un rayo en el propio edificio, o en un lugar cercano, puede inducir
un campo electromagnético lo suficientemente grande como para borrar de golpe
todas nuestras cintas o discos, lo que añade a los problemas por daños en
el hardware la pérdida de toda la información de nuestros sistemas.
© 2002 Antonio Villalón Huerta